Mente abierta

Dicen que la mente es como un paracaídas, ¿no?
que solo sirve si se abre, bueno este pequeñín
 hizo uso de esa teoría a rabiar.

mueble empapelado


A ver, ¿cómo lo explico?.
 La tabla de planchar, moderna ella, metálica, y con posibilidades de estacionarse en diferentes alturas, para una casa como la nuestra, que son muchos los usuarios y de diferentes alturas, una belleza!... esa...comenzó a dar muestras de abandono.
 A, sí, ya sé, a que viene esto???? 
Esperá! 
En búsqueda de reposición, encontré que se conseguía un mueblecito que tenía la particularidad de ser tabla de planchar, espacio de guardado de la ropa y la plancha, 
todo juntito y prolijito, y... en melamina, chan!
No tardé nada en ponerme a buscar en ML algo parecido en madera de verdad, viejito, y en simultaneo diseñaba las modificaciones, para adaptarlo al nuevo uso. 
tabla, herrajes, pintura, papel, rueditas!! listo!


Bueno, no, no tan Listo!
Después de recorrer infructuosamente las casas de herrajes del barrio, las grandes, mayoristas y contactarme con Häfele, tuve que aceptar que, de ninguna manera podría conseguir ese herraje, aunque exista en el catálogo. 


Mientras, por otro lado, una vez limpiado el mueble, 
no quedó otra que aceptar que lo negro, 
era una mancha de grasa muy difícil de sacar.


Fueron necesarias varias sesiones de lavado con jabón blanco diluido en agua y calentado a baño de maria, y tibio, con cepillo de dientes, para lograr limpiarlo, pero se logró. 


A estas alturas ya teníamos tabla de planchar nueva, y ya estaba aceptado asumido que el mueble no podía ser usado para el fin originalmente pensado.
Me quedé con las ganas, por el momento.


Rapidamente se reprogramó su uso, 
pasaría a usarse como auxiliar de costura,
 con puntillas cintas e hilos, 
para ser que ese no era su destino, no está nada mal, no?



Elegir el papel para forrarlo, fue fácil. Elegir el color también, sería blanco con una base de un verde similar al del empapelado y con desgastes para que se viera. 
Alcanzar el color mezclando las pinturas que había en casa, eso no fue nada fácil, pero no resultó imposible.
Pero en el proceso, me enamoré del gris verdoso que se logró y decidí darle un par de manos extras y dejarlo pleno, cuando me canse, le podré dar el blanco que pensé originalmente.
Un par de estantes, también forrados, quedó tan lindo, que lo tendría abierto y vacío, solo para mirarlo (qué mal estoy!!)


 El último toque, la perilla, que hacía rato tenía guardada para cuando encontrara su pareja, y creo la encontró!!




  



Nació como mueble de planchado blanco,
 pero creció como auxiliar de costura gris verdoso,
 sospecho que en este caso, no se sabrá de antemano cual será su etapa de madurez. 
¿ Les pasa que proyectan algo y no sale como fue soñado?
¿ Qué hacen?

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